AUDIO: La Pizarra en Onda Cero (12-05-2017)

¿Donde vas Europa?

Asistimos, desde hace un tiempo, a acontecimientos que nos están haciendo pensar que la Unión Europea se tambalea.

Brexit, peso antieuropeo en las elecciones francesas, incremento significativo de los movimientos nacionalistas y mucho más.

En Gran Bretaña ya están negociando importes y forma de pago de las facturas pendientes. Se discuten cuantías y plazos, pero no la decisión de abandono.

Francia ha votado y, hasta la segunda vuelta, los líderes europeos estuvieron conteniendo la respiración. Cierto es que, ante la amenaza, casi toda Europa salió en apoyo de un advenedizo, del que solo importaba que no dejara el piso.

Cabe preguntarse, y repensar, cuales han sido las causas de las grietas que han ido apareciendo, y agrandándose, en esta Comunidad que ya ha superado los 66 años. Algún malintencionado podría decir que ya ha superado la edad oficial de jubilación.

Nació como una organización que pretendía la integración y gobernanza común de los Estados y los pueblos de Europa. Por lo que ha resultado, el trasfondo fundamental se ha ido reduciendo a intereses económicos, aspiraciones comerciales y algún reducto judicial.

Volvemos la vista con sorpresa hacia los Estados Unidos de América, con los que siempre nos hemos querido medir y comparar. Es esta una mirada de reojo, llena de limitaciones y complejos Nuestra realidad política, cultural y social es bien distinta a la suya.

Critican algunos su extravagancia política y, en paralelo, anhelan su desarrollo económico. Otros admiran su ratio de empleo, pero no contemplan adoptar la libertad de contratación y que el peso de la calidad de vida sea una responsabilidad individual.

Parece que estamos en un momento decisivo en nuestra Comunidad de vecinos. Se pone en cuestión la autoridad de la Junta Directiva y mas de uno quiere retornar a la vivienda unifamiliar. Nos gusta la casa del vecino, pero no estamos dispuestos a asumir el coste.

Como sigamos con estas tribulaciones, cualquier día nos vemos desahuciados y con el edificio en aviso de ruina.

Es hora de ponernos a trabajar en pos de una alternativa realista que contenga ilusión y objetivos compartidos.

Esto me recuerda la película de los sesenta, dirigida por Alfonso Balcázar, «¿Donde vas triste de ti?».

 

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