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Todos conocemos a alguien que se crece ante las dificultades. Supera los reveses de la vida y reorienta sus actividades para enfrentar nuevos retos.

Recuerdo dos casos paradigmáticos. El primero, un Ingeniero Industrial que tras una exitosa trayectoria profesional en el sector de la maquinaria se incorporó a la gestión del proyecto Barcelona 92. Al finalizar su tarea en el proyecto olímpico se encontró en la calle sin alternativa laboral, con más de cuarenta años y dos hijos. En aquellos momentos llegó a contarme que tras patear la ciudad y los despachos presentando su curriculum, buscaba donde comprar un bocadillo, pues no podía permitirse ni un menú del día.

En algún momento detectó una oportunidad en la importación de bacalao. Un sector que no conocía en absoluto. Dedicó su tiempo a profundizar en los entresijos del comercio de pescado, los procedimientos de importación y todo lo relacionado con la actividad que proyectaba. Durante un tiempo acudía todos los días a las cuatro de la mañana a la lonja para asimilar las reglas del mercado y entablar contacto con los actores. Fueron meses de frustración, pues seguía sin trabajo, y de lucha. Partió de cero y recondujo sus pasos, dejando atrás su formación profesional y apoyándose en sus habilidades personales.

Hoy es uno de los mejores importadores de bacalao y salmón de la Península. Participa en flotas pesqueras en Islandia y se mueve en el sector como «pez en el agua».

Otro caso es el de un amigo que «echó los dientes» en el sector metal. Sufrió la quiebra del negocio familiar, dos crisis del sector y el fracaso de una iniciativa en la construcción naval. También tenía más de cuarenta años cuando se fué a Sudamérica buscando nuevos horizontes. Dejó atrás su zona cómoda, su región y su país para aprovechar su experiencia en donde diera frutos.

Hoy lidera proyectos de formación, construcción y seguridad pública en varios destinos latinoamericanos. En éstos años ha vivido momentos muy duros, pero nunca ha dudado de su determinación.

Son dos ejemplos de muchos otros que ponen de manifiesto que el espíritu de lucha y la correcta identificación de objetivos conducen al progreso. Considerar que lo único inmutable somos nosotros mismos y que la única empresa de la que somos socios al 100% es nuestra trayectoria.

Romper ataduras profesionales y personales accesorias es nuestra opción. En ocasiones las situaciones extremas nos habilitan para enfrentarnos a lo que de verdad importa y filtrar con claridad las prioridades esenciales.

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